Sostenibilidad
Las tecnologías inteligentes pueden permitir a las ciudades abordar sus desafíos de sostenibilidad. Sin embargo, la tecnología en sí misma también puede ser una amenaza para la sostenibilidad global si sus impactos no se manejan bien. Tiene un impacto en el medio ambiente a lo largo del ciclo de vida de un producto o servicio: en la fabricación, distribución, uso por parte del consumidor y eliminación. La tecnología es un gran consumidor de recursos naturales, incluidos los metales preciosos y los combustibles fósiles.

El uso de energía es el factor que más contribuye a la huella de carbono del sector de las TIC. Según la Cumbre Mundial para la Sociedad de la Información (PNUMA, 2003), la demanda de electricidad del sector de las TIC para los países industrializados se encuentra entre el 5% y el 10% de la demanda total de electricidad del mundo, con aproximadamente el 50% de la electricidad utilizada cuando los equipos de TIC está en espera, es decir, cuando no está completamente cerrado o no está realizando su función principal.
Los artículos eléctricos o electrónicos son una fuente importante de desechos peligrosos ya que pueden contener plomo, cadmio y retardadores de llama bromados. El procesamiento informal de dichos desechos en los países en desarrollo puede causar graves problemas de salud y contaminación, porque la regulación de estos procesos es limitada.

Existe una gran oportunidad para garantizar que las tecnologías inteligentes estén diseñadas para minimizar su impacto en el medio ambiente y en una sostenibilidad más amplia. La clave es garantizar que los beneficios de la tecnología inteligente como facilitador superen los impactos de sostenibilidad de la propia tecnología. Un ejemplo sería asegurarse de que un contador de energía inteligente esté bien diseñado para minimizar sus impactos en el medio ambiente durante su producción, uso y eliminación.